domingo, 27 de marzo de 2011

¿Ley para violar Derechos Humanos en Socialismo?

Zoraima Gimenez
@zoracandanga

Caracas.- 27/03/2011 Con motivo de la tan promovida Ley de Arrendamientos, nos sentimos en la obligación de exponer nuestras reflexiones sobre el asunto.
Hasta las primeras décadas del siglo XX, las familias adineradas adquirían inmuebles para sus hijas, como dote para el matrimonio; a los hijos les dejaban dinero para montar negocios. Estos inmuebles eran colocados en arrendamientos, mientras las hijas eran solteras, pero el canon era bajo y accesible.
Con la llegada de las inmigraciones europeas, durante las dos guerras mundiales, vino también la "inversión" en inmuebles para obtener Renta; sin embargo, el canon se mantenía accesible al no sobrepasar el 30% del ingreso del arrendatario.
Es a partir de la década de los 70, cuando se desata la abusiva acción de compra de inmuebles, como objeto de ganancias por rentas, al punto de existir propietarios con cientos y hasta miles de inmuebles, siendo los cánones determinados por ellos, según lo indicado por el "mercado"
El colmo de esta práctica se alcanza en la década del Gobierno Bolivariano cuando en forma escandalosa y arbitraria, los cánones de arrendamiento se elevan a cifras impagables por un ciudadano de ingresos normales, digamos clase media. En paralelo se instaura la pervertida práctica de los "desalojos forzosos", con la oculta finalidad de aumentar el cánon de arrendamiento, estando congelados por decreto (Declaración de la vivienda como bien de primera necesidad - Feb2003) y con la criticable lenidad de jueces que ordenan la medida.
El derecho a la vivienda es un derecho fundamental y está consagrado en nuestra constitución; el estado es el garante de que este derecho sea respetado y satisfecho. Siendo esto una verdad innegable, nos preguntamos: Cómo se va a elaborar una Ley que promueve el aberrante negocio del arrendamiento, que se basa en el enriquecimiento de un propietario a través de una renta que resulta de la explotación de una necesidad fundamental de la familia, violando abiertamente este derecho humano???
Pues bien, en vía a un Estado Socialista hay que ser audaces y producir Leyes que para nada contemplen prácticas Capitalistas.
El arrendamiento de viviendas es una actividad altamente lucrativa, que nunca ha sido registrada, autorizada y menos controlada por el Estado. Por más instituciones de viviendas que existan, ninguna tiene registradas estas viviendas, ni siquiera el SENIAT cobra el ISLR que correspondería.
Ante esta compleja situación, vemos la oportunidad de actuar según el espiritu Socialista, tal como se ha hecho con los latifundios rurales, generando un registro de todas las personas o familias en condición de arrendatarias, identificando el inmueble (ubicación, antigüedad, propietario/administradora, entre otra información). El propietario debe demostrar la cualidad legal que le da la titularidad del inmueble, ante la institución que le corresponda, con la finalidad de realizar un avalúo considerando valor inicial, mejoras, antigüedad, depreciación, para que el inmueble sea ofrecido en venta al inquilino actual y el Estado debe ser el garante del aspecto financiero, tal como lo hizo en los casos originados por la "estafa inmobiliaria". En ningún caso se estaría violando la "propiedad privada" porque no se les está desposeyendo de su inmueble y sin excepción, todos los propietarios recuperaron su inversión con creces, durante el tiempo que han usufructuado esos bienes.
La ley de arrendamiento que debe elaborarse es para que esta actividad sea de exclusiva acción del Estado y sea prohibida bajo el ámbito privado. Es de esperarse que una decisión de esta naturaleza solo se puede realizar con voluntad política y en un lapso prudencial, no mayor a un año.
Es necesario destacar que en esta condición de arrendatarios están, más o menos, un millón y medio de familias, en todo el país, a las cuales no habría que construirle viviendas.
Vamos, demostremos nuestro compromiso socialista y comencemos a desmontar ese estado burgués que nos somete y no permite alcanzar la verdadera soberanía: la Independencia del Capital.