lunes, 8 de febrero de 2010

Criminalización inquilinaria

TEMAS Venezuela
Opinión
del 5 al 11 de febrero de 2010
Criminalización inquilinaria
Maglene Sierraalta
Hasta el cine criminaliza a los inquilinos. Son los malos de la película. Terror y suspenso. En el film “Pacific Heights’ (1990) traducida como “El Inquilino”, Michael Keaton personifica al inquilino despreciable. En la historia los “buenos” son los propietarios: una grácil y frágil rubia quien, junto a su esposo, hipotecan y restauran con sus propias manos una bella casa victoriana, para vivir de la renta y con la misma pagar la deuda.
Defiendo al inquilino. Es una figura legal adquirida a través de un contrato, escrito o verbal, con el compromiso de cancelar mensual, quincenal, semanal o diariamente una renta por el servicio de uso, goce y disfrute del bien.
Tiene derechos irrenunciables, muchas veces desconocidos. En los contratos de arrendamientos de inmuebles es común obligar renta anticipada; eston pueden considerarse contratos leoninos violatorios de la ley.
Para el inquilino, la vivienda es una necesidad; él o ella hacen sacrificios familiares para honrar su deuda y no caer en mora.
Consideramos al inquilino el débil jurídico y por eso giramos a la siniestra a la hora de defenderlos, como dice Frei Betto en su 9º consejo a los militantes de izquierda: “Defienda siempre al oprimido, aunque aparentemente ellos no tengan razón”.
Escuchar comentarios egoístas, de quienes tienen vivienda digna y estable, despreciando al inquilino, incluyendo los que otrora invadieron los cerros de Caracas y que hoy osan elevar la voz preguntando: ¿Por qué no construyen una casa como yo? ¡Siempre están esperando que el gobierno les regale la vivienda! Y, ¿quién les regaló la tierra a ellos?
Los cerros de Caracas, prueba fehaciente de las deficiencias del sistema capitalista en materia de viviendas, y la vulnerabilidad del terreno ante los estragos naturales, nos confirman la debilidad de construir sin conocimiento científico.
Critico la visión que se ha hecho durante siglos al problema de la vivienda. Todos empecinados en hacer propietarios a personas que no tiene como reunir una cuota inicial, pagar hipotecas y luego mantener el inmueble más la familia. Observamos edificios construidos en 18 meses y luego pasan años vacíos, expuestos a la invasión, sin que nadie atienda la causa social.
Al inquilino se le endilgan juicios malsanos de valor para justificar la justicia eterna de la propiedad privada y su renta.
El alquiler debe ser considerado como una alternativa "al derecho de acceso a la vivienda segura y adecuada", promulgado en el artículo 82, y como "un servicio público de carácter no lucrativo" según el artículo 86 de nuestra Constitución.
Confiemos en Hugo.