sábado, 20 de junio de 2009

Solidaridad compatriotas, solidaridad

TEMAS Venezuela - Opinión
del 19 al 25 de junio de 2009

Solidaridad compatriotas, solidaridad

Maglene Sierraalta
Avisos económicos solidarios”, titula un diario hermano, al unirse a la campaña mediática de especulación inmobiliaria.
Apartamentos de una habitación en la aluvional y sísmica urbanización Los Palos Grandes: 4 mil bolívares fuertes. Apartamento en decrépito edificio de Chacao: 4.500 bolívares fuertes.
Para pagar mensualmente esa renta ¿cuánto debe ganar una familia?. Si nos fundamentamos en la Ley de Vivienda y calculamos el porcentaje de ingreso mensual, considerando que ese alquiler es el 30% de sus salarios, deben ser 15 mil bolívares fuertes. ¡15 millones antiguos!.
No es solidario contribuir con la mediatización de semejante especulación inmobiliaria. ¿Será posible que sólo contamos con nuestra fuerza interna inquilinaria para seguir luchando contra tal barbarie especulativa en venta y alquileres?. Nosotros, trabajadores de sol a sol, quienes a pesar de ser considerados peyorativamente “clase media” somos simples asalariados, cobradores de lo que nos queda al fin de mes -si es que nos pagan- tenemos que sufrir el trauma de buscar vivienda después de un desalojo. Y, con esas rentas, tener que pagar 6 meses para poder optar a la entrada y el contrato: 27.000 bolívares fuertes (27 millones antiguos).
Necesariamente debemos recordar a Engels; han pasado 137 años y sus palabras siguen vivas, actuales. Marx y Engels visualizaron la caída del capitalismo neoliberal antes de que éste naciera. En sus obras, profundizan la comprensión de ese sistema, donde el ser humano es un número, más no vive. La industrialización acabó con la humanidad y generó las penurias propias de los desplazamientos del campo a la ciudad, la principal: necesidad de vivienda.
El Estado burgués capitalista no puede, ni quiere, solucionar el problema de la vivienda de los trabajadores asalariados, motor de sus industrias.
Han reventado cualquier cantidad de burbujas inmobiliarias y en Venezuela aún tenemos grandes dificultades para resolver la penuria. Los programas de viviendas gubernamentales no han sido satisfactorios; la gran burguesía propietaria de las empresas de construcción, latifundistas de concreto, transportistas, mercaderes inmobiliarios, han sido y son nuestros enemigos, dificultan la solución. Lo único que les satisface es nuestra esclavitud.
Pero ¡nosotros estamos claros! La solución es Socialista y Engels lo asoma en sus palabras “Sólo los obreros, una vez en posesión del poder político y las principales palancas de la economía, podrán dar solución rápida a la falta de vivienda. Bien sea por la vía expropiatoria, bien sea por la vía de construcción de nuevas viviendas”.