domingo, 8 de marzo de 2009

INQUILINOS Y EXPROPIACIONES


Publicado en el Semanario
TEMAS Venezuela
del 6 al 12 de marzo de 2009


INQUILINOS Y EXPROPIACIONES


Maglene Sierraalta
Después de realizar desalojos masivos, tumban las paredes de los apartamentos y dejan las columnas al aire libre; les importa muy poco lo que le ocurra a la familia que irá a la calle. Esto es el concepto primordial del capitalismo: primero la renta.
De inmediato inician una reedificación para convertirlos en oficinas y hasta en centros comerciales; a veces dejan la obra a medias con el consecuente abandono. En otros casos, son construcciones nuevas, concluídas o paralizadas, que igualmente quedan vacías. Vemos algunas, en Caracas, ocupadas temporalmente por cientos de familias que requieren de atención social.
Desde 1999, tras el deslave en Vargas, las lluvias que desbordan quebradas y ríos producen nuevos damnificados.
El área metropolitana se declara en emergencia; no hay viviendas de valores accesibles. El Gobierno censó damnificados, dió facilidades y otorgó subsidios para que los desasistidos compraran. Pero ¿qué ocurrió?. Apareció la mano invisible del mercado aumentando el valor de los inmuebles; hasta los ranchos de zonas vulnerables aumentaron el monto.
Como si fuese poco, junto a estos desastres se le suman propietarios de edificios y casas: inician la fiesta de resoluciones de contratos a diestra y siniestra, sin importar el tiempo domiciliado que tenga la familia en el inmueble. Esa parte de la ley se puede violar; para los propietarios todos los contratos se convierten en tiempo determinado.
¡A desalojar! Todo el mundo a la calle, “no me importa si os vaís a vivir bajo un puente”. Propietarios apoyados en el vigente Decreto-Ley de Arrendamiento.
Este Decreto-Ley eliminó la protección social al inquilino. Error revolucionario. Ignacio Arcaya se quitó la máscara. Diez años y aún esperamos la “construcción masiva de desarrollos inmobiliarios para ser destinados al arrendamiento”.
El Alcalde Juan Barreto atendió la emergencia y angustia de los inquilinos, quienes aún esperan las respuestas.
Al inquilino se le bautiza “pudiente”. Un candidato político dijo: “el inquilino tiene real: ellos pagan 150 millones por un traspaso”. ¡No es así!: los propietarios cobran esa cifra y más; la penuría tiene cara de hambre.
Las afectaciones de expropiación en los edificios de inquilinos surgen a causa de una emergencia: los inquilinos las solicitaron. Esta locura no es Patente de Juan Barreto. Aquí ocurrió un estado de emergencia social que ameritaba atención ¡y hoy continúa y crece!. Se abrió una brecha jurídica, necesaria para detener los innumerables desalojos en puerta y devolver los muebles que ya estaban en los camiones de mudanza.