domingo, 1 de marzo de 2009

Chávez: ¡Escúchanos!


Publicado en el Semanario
TEMAS Venezuela
Opinión
del 27 de febrero al 5 de marzo de 2009
Chávez: ¡Escúchanos!
Maglene Sierraalta
Si la propiedad es un derecho humano, como alega la Asociación de Propietarios de Inmuebles Urbanos (APIUR), tenemos que recordarles que el derecho a la vivienda también lo es.
Nadie podría negarles esa verdad a medias que ellos constantemente han mediatizado. Lo que no puede ser un derecho humano es el “latifundio urbano de concreto”, esencialmente en el sistema social por el que luchamos.
Otorgar tenencia de la vivienda o propiedad de la misma, a la mayor cantidad de población posible, es lo apremiante en las resoluciones y acuerdos internacionales de las metas del milenio; esto dará garantías a los pueblos contra el desalojo inhumano que se ha perpetrado a través de la historia: hechos ejecutados por propietarios latifundistas de miles de edificios y casas.
Nadie pretende despojar ni confiscarles sus bienes inmuebles a ningún propietario. Lo que se desea es justicia, ¡Justicia Social!. El latifundista no necesita el inmueble para vivir en él. Desaloja sólo por agiotismo. Muchos de esos latifundistas ni siquiera habitan en Venezuela; otros son herederos que vinieron a vender en Euros lo que les dejaron sus padres o tíos. Mayoritariamente el odio por Chávez los hace actuar fuera de la razón.
Muchos inquilinos repiten: “el Presidente no nos escucha; no nos quiere”. Sin embargo, me atrevo a concluir que nuestra comunicación ha tenido mucho ruido y el mensaje no le ha llegado con claridad a su único receptor: Hugo Chávez.
Estoy convencida de que uno debe involucrarse en el problema para captar su profundidad. Una persona acostumbrada a vivir como los marinos “en cada puerto un amor” es difícil que entienda nuestra lucha por quedarnos donde hemos echado raíces.
El grupo de familias inquilinas que nos hemos arraigado en un solo punto durante más de diez, veinte, treinta, cuarenta, cincuenta años y quizás más, defendemos que nos dejen continuar viviendo en ese sitio geográfico donde estamos arraigados. Hemos formado una familia, sustentamos nuestra vida y queremos llegar al final de nuestros días en ese sitio, sin sobresaltos ni incertidumbres.
La gran deuda social de viviendas involucra a los inquilinos, queremos Justicia Social. Somos pisatarios de ese terreno donde están ubicadas las bienhechurías donde residimos.
Los inquilinos nos hemos convertido en guardianes-explotados de la propiedad de otro. Pagamos la renta, conservamos y mantenemos un inmueble al cual, por estar ocupado, no se le acercan los invasores.
Tenemos una necesidad inmediata que satisfacer y no pueden seguir peloteando el problema. Hay que aplicar socialismo. Chávez ya lo dijo: “Contra la deuda social, socialismo”.