viernes, 27 de junio de 2008

La penuria de la vivienda


Artículo publicado en TEMAS VenezuelaOpinión

del 27 de junio al 3 de julio de 2008 p 8


Maglene Sierraalta


Importantes fuentes de trabajo, en las grandes ciudades, atraen las poblaciones campesinas. Venezuela no escapa a este fenómeno. Los pobladores se han ido desplazando a diferentes áreas del país e incrementando una necesidad principal: ¡Vivienda!

Frederick Engels escribió artículos de prensa titulados “Contribución al problema de la vivienda”, donde se refiere al tema de la “penuria de la vivienda”, contraoponiéndose a las teorías relacionadas con la visión en la que enmarcaba Proudhon, en 1873, las agudas y crónicas aristas que tenía el problema de vivienda que enfrentaba Alemania durante la revolución industrial.

Han pasado 136 años y la solución utópica de la burguesía y pequeña burguesía sigue siendo “convertir al obrero en propietario de su vivienda”. Este título jurídico lo encadena al consumismo capitalista, le garantiza el “crédito bancario”, le abre el mundo de la usura hipotecaria, y lo hace sentirse VIP.

La penuria de la vivienda ha afectado a todas las clases oprimidas desde que existimos como civilización. Define Engels esta penuria como “la particular agravación de las malas condiciones de habitación de los obreros a consecuencia de la afluencia repentina de la población hacia las grandes ciudades; es el alza formidable de los alquileres, una mayor aglomeración de inquilinos en cada casa y, para algunos, la imposibilidad total de encontrar albergue. Y esta penuria de la vivienda da tanto que hablar porque no afecta sólo a la clase obrera, sino igualmente a la pequeña burguesía.”

Engels refiere que la penuría es uno de los innumerables males, propios de las grandes ciudades, tanto para los obreros como la pequeña burguesía, originados por el modelo de producción capitalista.

En la Europa proudhoniana, criticada por Engels, al igual que en nuestros tiempos del Siglo XXI, la clase proletaria y profesional ha sido desplazada del centro de las ciudades modernas hacia las periferias, hoy mal llamadas ciudades satélites.

Casas y edificios viejos de alquiler se derriban para construir Centros Comerciales o edificios públicos que les permiten a sus propietarios cobrar rentas especulativas.

Sólo se construyen edificaciones para clase VIP y excepcionalmente viviendas para el proletariado. El exceso de población y la destrucción o derribo de inmuebles para convertirlos en centros comerciales es difícil de entender. Esto genera un déficit de vivienda familiar en las ciudades.